EMPEZÓ EN MEDJUGORJE

Es difícil explicar con palabras la gran obra de amor que el Señor ha hecho en mi vida, pero si puedo contar que esta gran obra ha sido gracias a la Virgen de Medjugorje.

Todo empezó cuando recién acabado un noviazgo del cual conservo hermosos recuerdos, tras un gran esfuerzo por recuperar ese amor que creía existía entre ambos, le pedí a Dios que me diera una explicación de como y porque había llegado a esa situación.

Siempre confiada en aquellas palabras del Padre Nuestro «hágase Tu Voluntad» en estos momentos era cuando con mas fervor se lo pedía, pues sabia que si no podían cumplirse los planes que tenia para mi vida, quien mejor que Dios para que me hiciera ver los suyos.

Mi vida antes de este chico se había reducido a una escala de valores en la que solo me importaban las cosas terrenales que esta sociedad nos esta transmitiendo continuamente, centrada única y exclusivamente en mi misma y en mi bienestar, lo único que me preocupaban eran cosas materiales, tener un plan divertido para el fin de semana, fiestas, eventos y entre tanto encontrar el amor. Una de mis ilusiones era encontrar a alguien con quien compartir mi vida, tener un amor de cine, una historia romántica, pero ¿que podía saber una persona sobre el amor cuando lo único que le importaba era ella misma? …Y sobre todo ¿cómo voy a encontrar ese amor en ambientes y en personas que ni lo poseen ni lo intentan?

En esta búsqueda del amor tropecé muchas veces, la mayoría porque me dejaba llevar por esta filosofía que hay de “vive el momento que la vida son dos días”, hacer lo que te apetece y hacerlo sintiendo que te lo mereces. Con este ritmo que llevaba, para muchos podía significar tenerlo todo y ser feliz, pero la realidad era bien distinta… era una vida alimentada por la soberbia y la vanidad, muy egoísta y en la que desgraciadamente viven muchas personas que no han conocido el verdadero significado del Amor.


Medjugorje fue una invitación de la Virgen a dejar este tipo de vida centrada únicamente en mi misma y a descubrir que es verdaderamente el amor, necesitaba que alguien me confiara que el amor existe y que puede ser mucho mas real del que imaginamos o vemos en el cine, y gracias a La Virgen pude conocerlo y experimentarlo de una bellísima forma, a través del perdón y de la Misericordia de Dios.

Conocí el verdadero amor cuando fui consciente de que Dios había estado siempre junto a mi, en todos esos momentos en los que yo le había ofendido ignorando sus mandamientos, en todas mis caídas, en mis debilidades, Dios siempre había estado ahí, llorando y riendo con conmigo.

La Virgen me hizo tener un encuentro tan profundo con Dios que pude sentir en mi corazón una ínfima parte de las mas terribles humillaciones, angustias y dolores que Jesucristo sufrió por mi al verme caer una y otra vez y vivir mi vida al margen de El y todo esto lo hizo por nuestra salvación. Que ignorante me sentí cuando me di cuenta de esto, quería reparar todo el daño que le había causado, tuve mucha necesidad de volver atrás y empezar mi vida de nuevo para no causarle mas dolor del que ya había sufrido Dios por mi y gracias a Medjugorje tuve esa oportunidad recolocando y poniendo en el centro de todo a Dios.

Jesucristo me enseño que el verdadero amor es aquel que se sacrifica, que se esfuerza y vence toda pereza, que se entrega dando lo mejor de uno mismo, el que está siempre al servicio de los demás y con alegría. Después de conocer este gran misterio de Amor era incapaz  de volver al estilo de vida que tenia. Con una gran confianza en el amor de Dios y llena de paz regresé siendo otra persona, mi vida y mis planes ahora están en manos de Dios, es a través de los sacramentos y de la oración cuando día a día descubro ese gran amor que Dios tiene por sus hijos. Estoy convencida de que todo lo que me había pasado a lo largo de mi vida ocurrió para que a través de la Virgen de Medjugorje conociera mi verdadero propósito, cumplir la Voluntad de Dios en todo momento, que es donde encuentro la autentica alegría y la paz. Quiero reparar y recuperar el tiempo perdido; perdido porque cuando no tienes a Dios en tu vida, no tienes nada, nada de lo que nos rodea, ni las personas ni las cosas que poseemos pueden darte lo que Dios te ofrece, y es que pocos pueden cumplir las promesas como las cumple Dios, o … ¿es que acaso sabemos de alguien que nos prometa una vida eterna y en abundancia?